<img height="1" width="1" style="display:none" src="https://www.facebook.com/tr?id=1150002162319741&amp;ev=PageView&amp;noscript=1">
Columna de opinión

¿Motor fundido? Cómo detectar los síntomas antes de que sea demasiado tarde

Pocas situaciones generan más preocupación entre los conductores que enterarse de que el motor de su auto está "fundido" o que "hay que hacerlo a nuevo". En la jerga de taller, algunos también lo llaman "motoreado", aunque no es un término técnico. Sea como sea, hablamos de un motor que ha sufrido daños severos y cuyo rendimiento se ve comprometido al punto de dejar el vehículo fuera de servicio si no se actúa a tiempo. 

Este tipo de avería suele estar relacionada con el desgaste interno de los componentes, la falta de mantenimiento o el uso inadecuado del vehículo. Por eso, es clave conocer las señales de alerta. 

Cómo detectar un motor que está fundido 

Estos son algunos de los síntomas más comunes que pueden indicar que el motor está en problemas graves: 

  • Humo blanco o azul en el escape: puede indicar desgaste en los anillos del pistón o problemas en las válvulas. 

  • Ruidos metálicos o golpeteos: señales claras de desgaste en componentes como las bielas o el cigüeñal. 

  • Pérdida de potencia o dificultad para arrancar: suele ser consecuencia de una baja compresión en los cilindros. 

  • Sobrecalentamiento frecuente: si el motor se recalienta de manera constante, es posible que haya sufrido daños irreparables. 

Qué hacer si aparecen estos síntomas 

Si el auto muestra alguno de estos signos, lo primero es no insistir: apagar el motor de inmediato para evitar que el daño avance. 

El siguiente paso es llevar el vehículo a un taller especializado para que un mecánico de confianza realice un diagnóstico completo. Según el grado de daño, las opciones pueden ser: 

  • Realizar una rectificación del motor (también conocido como "hacer el motor"). 

  • En casos más extremos, directamente optar por el reemplazo completo del motor. 

La prevención es la mejor estrategia 

Evitar llegar a esta situación es posible. La clave está en el mantenimiento preventivo: 

  • Respetar los cambios de aceite y filtros en tiempo y forma. 

  • Utilizar combustible de buena calidad. 

  • Controlar regularmente el sistema de refrigeración y el nivel de líquido refrigerante. 

  • No forzar el motor con aceleraciones bruscas o sobrecargas. 

Si finalmente el daño es irreversible, la compra de un motor nuevo o reacondicionado puede ser la solución más viable, aunque representa una inversión importante. Sin embargo, garantiza que el auto vuelva a estar en condiciones óptimas y prolonga su vida útil.

Paula Pallo
Licenciada en Sistemas de Información. MBA en Organización y Gestión. Analista de Contenidos en Alephee.

Transformación Digital Automotriz: GM, Alephee y Mercado Libre lideran el cambio en LATAM

Previous article

Venta indirecta: Cómo digitalizar sin romper la cadena

Next article