La transformación digital viene rediseñando la forma en que las autopartes y los servicios de posventa se comercializan en Brasil y en América Latina. Lo que antes era un mercado esencialmente físico, con catálogos impresos y negociaciones por teléfono, hoy se mueve con inventarios actualizados en tiempo real, automatización de precios y plataformas digitales que conectan marcas, distribuidores y talleres en pocos clics.
Este movimiento ha ganado fuerza no solo por el avance del comercio electrónico en general —que, según el Global Payments Report de Worldpay from FIS, creció un 20% en 2023 y debería crecer otro 55,3% hasta 2025—, sino también por cambios estructurales en el propio sector automotriz. El envejecimiento de la flota en Brasil, por ejemplo, elevó la demanda de repuestos, impulsando a fabricantes y distribuidores a buscar nuevas formas de llegar al consumidor final.
Del mostrador a la nube
La digitalización de los canales de venta no se limita a la creación de una tienda virtual. Las empresas del sector automotriz han invertido en soluciones que integran sistemas de gestión, catálogos digitales y marketplaces especializados. Un ejemplo es Mercado Libre, que reportó un crecimiento de 63% en las ventas online de autopartes en 2021 en América Latina. La plataforma se consolidó como uno de los principales canales de ventas para el segmento, conectando a miles de compradores y vendedores en todo el continente.
Con la digitalización, los distribuidores pueden actualizar precios e inventarios en tiempo real, lo que reduce errores operativos y evita rupturas en la cadena de suministro. Además, compartir catálogos digitales con redes comerciales ha permitido una gestión más precisa del portafolio, facilitando la búsqueda de la mejor opción de repuesto —especialmente para talleres y minoristas que necesitan agilidad en la atención al cliente.
Ejemplos reales de transformación
Varios actores ya están cosechando los frutos de este cambio. Fabricantes que antes dependían exclusivamente de revendedores locales ahora alcanzan talleres en otras regiones con facilidad, y los distribuidores automatizan procesos como la fijación dinámica de precios y la sincronización de inventarios con múltiples canales.
Un ejemplo práctico es el de empresas que utilizan plataformas como Alephee, especializada en el sector de autopartes. Estas soluciones permiten digitalizar y compartir catálogos con la red de socios, centralizar la gestión de pedidos y obtener informes detallados de desempeño por canal —todo esto sin perder el control del negocio.
Impacto directo en la punta
La digitalización no beneficia solo a los grandes fabricantes. En la punta de la cadena, los talleres mecánicos, minoristas y compradores finales también salen ganando. Tienen más opciones, más información técnica disponible, y pueden comparar precios y plazos de entrega en pocos minutos —algo impensable hace pocos años.
Además, la posibilidad de consultar imágenes, verificar compatibilidades e incluso ver videos de instalación en el propio anuncio aumenta la confianza en la compra y reduce devoluciones, que solían ser un desafío para el sector.
Un mercado en expansión
La tendencia es que la venta digital de autopartes continúe creciendo. Según un estudio de McKinsey & Company, el mercado global de autopartes debería duplicar su tamaño hacia 2040, moviendo cerca de US$ 25 mil millones. Para seguir este ritmo, será esencial que las empresas del sector inviertan en soluciones especializadas, comprendan el comportamiento del consumidor digital y estructuren procesos cada vez más conectados y eficientes. En este escenario, quienes adopten la transformación digital con foco en usabilidad, integración y escalabilidad estarán un paso adelante —no solo en ventas, sino en la construcción de un modelo de negocio sostenible, preparado para los nuevos desafíos del sector.