El sector automotor brasileño está en plena transformación, pero es en el posventa donde los cambios son más evidentes. Mientras la producción de vehículos crece y los SUV siguen siendo los favoritos, la verdadera revolución ocurre lejos de los reflectores: en los almacenes de distribuidores, en las estanterías de repuestos y en los catálogos digitales que abastecen talleres y tiendas en todo el país.
Digitalización más allá del showroom
Durante años, la transformación digital fue prioridad solo en la venta de vehículos. Hoy, empresas del sector de reposición automotriz —como fabricantes, distribuidores, centros de servicio y talleres— están invirtiendo en herramientas digitales para gestionar inventarios, ajustar precios y vender repuestos de forma más ágil e integrada.
Un ejemplo concreto: un distribuidor que automatiza su control de inventario y actualización de precios puede ofrecer datos en tiempo real a toda su red de ventas. Esto reduce errores, evita quiebres de stock y acelera el servicio a mecánicos, que muchas veces necesitan el repuesto el mismo día.
Tendencia global, impacto local
Según McKinsey, el mercado global de reposición crecerá un 3% anual hasta 2030, impulsado por la digitalización de la cadena de suministro. En Brasil, este avance gana fuerza con marketplaces consolidados, catálogos digitales conectados y mayor volumen de ventas online.
Una encuesta de CINAU revela que el 60% de los mecánicos ya utilizan canales digitales para buscar y comparar repuestos. Esto exige a distribuidores y marcas contar con catálogos completos, con fichas técnicas, fotos, compatibilidades y disponibilidad actualizada, accesibles desde computadoras o celulares.
Más control, menos fricción
La integración entre fabricantes, distribuidores y puntos de venta también ha evolucionado. Hoy, un repuesto cargado por el fabricante puede actualizarse automáticamente en el sistema del distribuidor y sincronizarse con cientos de tiendas físicas y online.
Este tipo de conexión elimina hojas de cálculo, evita retrabajos y genera más confianza en la información, tanto para el vendedor como para el comprador.
Impacto en el día a día
El mayor beneficiado es el cliente final: el mecánico, el taller, el pequeño minorista o el conductor que hace mantenimiento por su cuenta. Con más información disponible en línea, pueden encontrar la mejor opción, comparar y comprar con confianza.
El tiempo entre el diagnóstico y la reparación se acorta, mejorando la experiencia del cliente y aumentando la competitividad de los pequeños negocios.
¿Hacia dónde va el sector?
Los distribuidores regionales y talleres que inviertan en digitalización estarán mejor posicionados. Automatizar procesos, integrar datos y vender por canales digitales ya no es opcional: es esencial.
Los que comprendan que la transformación digital va más allá de tener una tienda online o un ERP, podrán ofrecer una experiencia de compra más inteligente, rápida y conectada, ya sea a un profesional del sector o a un consumidor desde su celular.